Leyenda
Nacida de
la unión del Millalobo y la Huenchula, la leyenda dice que al regresar
nuevamente la Huenchula, a casa de su madre; en donde había dejado a su hija
durmiendo en una batea, comprobó que la curiosidad de su madre la hizo mirar a
la bebé que no debía ser mirada por ningún ser mortal, y esta se había
transformado en agua cristalina. Al verla transformada, invadida por el llanto
y la desesperación, cogió la vasija y corrió desesperada hacia la playa, a
vaciar su contenido en las aguas del mar. Y luego, avanzando hacia el interior
del océano, llamó a su esposo el Millalobo. Entre sollozos y llantos, le relató
lo acontecido con su hija. Apenas hubo terminado de pronunciar la última frase
de su historia, vio emerger desde las aguas y acercarse hacia ella, una
delicada barca semejante a una lapa, llevando en su interior a su desaparecida
hija, convertida ahora en una hermosa joven, a quien dio el nombre de Pincoya.
Así toda la familia se fue a vivir al fondo del mar, en el palacio del
Millalobo. En el fondo del mar, posteriormente la Pincoya se casó con su
hermano, llamado el Pincoy, y como buena hija, ayuda a cuidar el
reino de su padre.
Estatua
de la Pincoya, en Ancud.
Desde ese
día, las múltiples variedades de peces y mariscos, que el Millalobo ofrece
generoso al pueblo chilote, junto con las siembras, en mares y playas, las
realiza por intermedio de las manos de su hija predilecta, la Pincoya, quien para
cumplir su trabajo baila una canción que canta el Pincoy. Los chilotes,
especialmente los pescadores, cuentan en sus leyendas que cuando la Pincoya
realiza su delicado baile hacia el mar, significa que en esos mares abundarán
los peces y mariscos; en cambio si lo hace hacia la tierra, generalmente debido
a que los pobladores han cometido alguna falta en contra del mar, les indica
que, para la temporada venidera, los mencionados productos escasearán y por tal
motivo, será necesario salir en su búsqueda a playas y mares lejanos. No
obstante, cuando llega la escasez y en ciertas regiones se prolonga por largo
tiempo por ausencia de la Pincoya, es posible hacerla volver y con ella, la
abundancia, por intermedio de una ceremonia especial.
Otra
tarea de la Pincoya es la de ayudar a los chilotes que naufragan. Así, los
marinos siempre encuentran junto a ellos a la Pincoya, que acude pronto en su
auxilio. Si por razones superiores no logra su propósito de salvarlos, ayudada
por sus hermanos la Sirena chilota y el Pincoy, transporta con ternura los cuerpos de los chilotes
muertos hasta el Caleuche, en donde ellos
revivirán como tripulantes del barco fantasma y a una nueva existencia de
eterna felicidad.
En el
libro de la mitología de Chiloé, "Recopilación de historias leyendas y
creencias mágicas obtenidas de la tradición oral del Archipiélago de
Chiloé", de Renato Cárdenas, se
señala lo siguiente respecto al origen de este ser mitológico:
"Al
año de ser raptada por el Millalobo, la joven Huenchula regresa al hogar
materno con un bultito en el regazo, que no permite que se lo miren, pero su
madre, la Huenchur, no resiste la tentación y al primer
descuido destapa a su nieto y la criatura se vuelve agua cristalina. La
Huenchula , al encontrar una poza de agua en la artesa donde había dejado a su
hijo , deposita ese líquido en los dominios del Millalobo y esta substancia se
vuelve una adolescente muy hermosa, de larga cabellera dorada de encantos y
dulzura incomparable."
La
Pincoya, desde entonces, reina en el mar junto a sus padres, protegiéndolo,
sembrándolo y rescatando a los náufragos. Viste con algas marinas y su
alimento predilecto es la linaza. Su presencia sobre una roca o sembrando en
una playa con la cara vuelta hacia el mar es señal que ese sitio será pródigo
en mariscos y peces. A diferencia de la Sirena, la Pincoya no posee cola de pez
y sí piernas humanas.
:)
ResponderEliminarcote y pao